Agradecimiento

Agradezco a Dios, el poder haber recuperado la cordura y no haber querido que avasallaran mi identidad y mi yo.-

Agradezco a mis amigos y a mis hijos que estè compartiendo con todos ellos,la charla diaria, simple y amable.

Agradezco a mis mascotas ,Chispita ,Osa y Nikita sus preciosas compañìas que me arrancan sonrisas aùn sin quererlo.

A todos ellos, mil gracias por siempre.-
Hoy.-
El tiempo ha pasado.Mi horizonte se va aclarando .Ya no hay nubes oscuras y ha nacido una nueva mañana.

jueves, 10 de octubre de 2019




                                                 Como poder decirlo.


      Como poder decirlo , si no tengo las palabras. Querer buscar un motivo y sin razones escribir nuevamente. A veces en silencio, a veces solamente pensando, a veces ni eso.Las palabras son como globos que desordenados flotan en el vacío de la mente. en realidad no está vacía recapacito luego. Está poblada de ansiedades y lamentos de tu ausencia sin remedio. No quiero pensarte. Hasta parece que te olvido y me aboco a mil cosas y pasa el tiempo pero otras tantas veces, como hoy...reflotas.
Y entonces me siento así. Con tu imagen en aquel instante.
                                                                                           
                                                                        Alice/.AuroraLeticia Contreras.  10/10/2019

recuerdos de mi abuela Ema



                                   Esta manía mía de escribir en el aire. Mentalmente voy buscando las palabras,
para relatar  que de pronto se corporizan imágenes del pasado. Y me veo a mi misma de cinco a-
ños, pequeña,  frente a un zaguán .Y abro la primera puerta y frente a mí se presenta un amplio pa
tio con  enormes masetas con distintas plantas. Si miro a la izquierda, hay una puerta. y al costado
dos puertas mas.- Y frente a mí pero del otro lado del patio cuadrado otra puerta. Y hacia ella voy.
La abro muy lentamente, la abro despacio –Hay un pasillo angosto pero lo suficiente  amplio para
cobijar bajo su techo una mesa de madera y algunas sillas. Frente a la mesa otra puerta. Alguien
aparece en escena. -
                                     Es mi abuela Ema, la mamá de mamá. No sé cuántos años tiene. No tengo
aún la capacidad de calcular edades. Es gordita, de pelo  negro corto y enrulado. La saludo con un
beso.-
 Ella pregunta por mamá.- Mamá viene detrás mío .Como siempre, yo suelo apartarme de mamá
con frecuentes carreras. Siempre corriendo, siempre jugando. Ellas se saludan y yo entro a la pieza
de la abuela-Dos camitas pequeñas-En el medio una mesita de luz. La puerta de la pieza es alta,
con un ventiluz sobre ella. Cuelgan de los vidrios de la puerta, unas delicadas cortinas hechas de hilo
grueso, con rosetones. La abuela está cocinando. Huelo  el aroma de su comida .La abuela me dice
que está cocinando Chupín de pescado.
                                       Entre mamá y la abuela ponen la mesa y luego nos sentamos las tres a
Almorzar. Y aparece la abuela con la olla   y humea su comida y me invade ese aroma que recuerdo
con tanta nostalgia porque jamás volví a comer ese chupín de pescado tan espectacular.  Ellas
conversan animadamente. Mamá siempre tuvo un cariño especial por su mamá. La olla preside
el centro de la mesa. Yo veo las papas, el pescado que nadan en un caldo delicioso. Yo escucho
en silencio lo que ellas hablan pero no intervengo para nada .Soy de la época en que los
niños no participábamos de las conversaciones de los mayores. Solo como y sonrío de verlas.


                                            Alice. Aurora Leticia Contreras                     octubre 2019